¿Qué vas a encontrar aquí?
- 1 «La verdadera pregunta que debemos hacernos es: ¿Cuándo es útil el uso del pullbuoy para mejorar nuestra natación?»
- 2 -> El uso y abuso del pullbuoy. La perspectiva tecnicista.
- 3 «Desde una perspectiva tecnicista, es sencillo deducir el principal problema: el uso del pullbuoy puede contribuir, en muchos casos, a ocultar errores técnicos muy graves que es necesario solucionar sin su uso»
- 4 -> ¿El abuso del pullbuoy puede ser útil? La perspectiva psicológica.
- 5 «Si no logramos nadar porque sencillamente no nos gusta o las sesiones que hacemos son un suplicio, no vamos a mejorar en nada. En este caso, si abusando del pullbuoy logramos nadar con mayor asiduidad y logramos disfrutar de nuestras sesiones en el agua, el abuso del pullbuoy puede estar justificado»
- 6 Anexo: usos del pullbuoy y objetivos perseguidos
El debate sobre el uso del pullbuoy y los beneficios o perjuicios que conlleva su utilización en la natación viene de lejos. Efectivamente, se han escrito ríos de tinta sobre el tema y las posiciones son variadas y muchas veces extremas y claramente enfrentadas. El objetivo de este artículo es aportar la información necesaria bajo distintos enfoques o perspectivas para que seas capaz de sacar tus propias conclusiones.
Para ello, antes de nada, tenemos que tener bien clara la consecuencia objetiva que tiene su uso sobre nuestra natación. Así, diremos que la acción principal que provoca la utilización del pullbuoy es una reducción de la resistencia al avance (mejora en la hidrodinámica) inducida por una corrección artificial de la posición del cuerpo, pasando así a trabajar de manera casi exclusiva con los brazos. Los posibles beneficios de su uso desde este punto de vista parecen claros: podremos, por ejemplo, centrarnos exclusivamente en distintos aspectos de la técnica de la brazada o ser capaces de acumular un mayor volumen de entrenamiento “con menos fatiga” si ello es necesario en nuestro plan de entrenamiento.
Expuesta las principal consecuencia de su uso y reconociendo la utilidad a priori de su utilización, creemos, no obstante, que para profundizar más y de manera más precisa sobre el tema, la verdadera pregunta que debemos hacernos es: ¿Cuándo es útil el uso del pullbuoy para mejorar nuestra natación?
«La verdadera pregunta que debemos hacernos es: ¿Cuándo es útil el uso del pullbuoy para mejorar nuestra natación?»
Pues bien, para tratar de afrontar esta cuestión, adoptaremos primero una perspectiva que llamaremos tecnicista (nos referiremos a aspectos relacionados exclusivamente con la técnica de natación – posición, propulsión – o a la fisiología) y después analizaremos la repercusión de su uso desde una perspectiva que denominaremos psicológica.
-> El uso y abuso del pullbuoy. La perspectiva tecnicista.
A modo de introducción de este enfoque, aportaremos dos importantes datos:
1) El error más frecuente en triatletas y nadadores aficionados es “la posición”. Para aclararnos: cuando hablamos de un “error de posición”, nos referimos especialmente a una alineación horizontal deficiente del cuerpo que provoca que nuestros pies y piernas se hundan demasiado, aumentando la resistencia al avance. Esto es precisamente lo que corrige artificialmente el pullbuoy.
2) La propulsión en crol, aunque puede variar ligeramente en función del nadador, se distribuye (o al menos debería hacerlo) en un 70% brazos y 30% pies. Y no es menos cierto que es también frecuente encontrarnos con un batido de piernas deficiente que, lógicamente, afecta directamente a la propulsión y también a la posición del cuerpo.
Teniendo en cuenta estos dos datos, es sencillo deducir el principal problema: el uso del pullbuoy puede contribuir, en muchos casos, a ocultar errores técnicos muy graves que es necesario solucionar sin su uso. Difícilmente vamos a obtener una mejora en la alineación del cuerpo o corregir un batido deficiente utilizando el pullbuoy.
«Desde una perspectiva tecnicista, es sencillo deducir el principal problema: el uso del pullbuoy puede contribuir, en muchos casos, a ocultar errores técnicos muy graves que es necesario solucionar sin su uso»
Pero no es el único problema. Es que además, en muchas ocasiones, cuando se usa, se usa mal. Así, es muy frecuente ver cómo nadadores y triatletas aficionados siguen batiendo las piernas aún utilizando el pullbuoy. La trampa aquí es doble: nadaremos más engañados que nunca ya que perpetuaremos una patada mediocre que parece propulsarnos más por esa menor resistencia al avance que proporciona el pullbuoy.
Dicho esto, y desde esta perspectiva, la posición respecto del típico exceso del uso del pullbuoy que solemos ver en triatletas de MD/LD (incluso en el calentamiento) parece clara: no existen motivos a nivel de técnica de natación para hacerlo. Al contrario: existen fuertes motivos para NO hacerlo. Pero además, ese otro “motivo” al que suele hacerse mención, el argumento de la recuperación del tren inferior, también se viene abajo con un simple razonamiento fisiológico: sin el uso del pullbuoy, existe un mayor trabajo muscular, una mayor circulación en los miembros (en este caso inferiores) de lo que se deduce que el aporte de nutrientes y oxígeno aumentaría y esto, añadiendo la vasoconstricción de la presión del agua en las piernas, favorecería la recuperación después de una sesión de carrera a pie, pesas o ciclismo. Obviamente, en estos casos, estaríamos hablando de un trabajo a baja intensidad.
¿Esto significa, desde una postura puramente tecnicista, que debemos desechar el uso del pullbuoy?
No, en absoluto. Simplemente, como muchos otros instrumentos y herramientas que usamos en natación, debemos tener claro cuándo usarlo, cómo usarlo y sobre todo, para qué usarlo.
Y aquí nos vemos obligados a resaltar la importante figura de un buen entrenador, un profesional que conozca y sea consciente de tus errores y problemas técnicos y planifique correctamente y en consecuencia tus sesiones de natación con el objetivo de corregirlos. En este caso, será él/ella quien te indique cuándo debes usar el pullbuoy y cómo, si es que debes hacerlo.
Si careces de un entrenador (te recomiendo que le eches un vistazo D-Training), al final de este artículo tienes un listado bastante exhaustivo de los distintos usos que podemos dar al pullbuoy (y al pullbuoy combinado con otras herramientas como palas y goma) y los objetivos que buscamos con los distintos ejercicios: así al menos podrás introducirlos en tus sesiones de entrenamiento con mayor conocimiento de causa.
Como paso previo, además, te recomiendo la potente herramienta de videoanálisis de la natación D-SwimRight de Dephion Performance: una forma sencilla y muy eficaz de averiguar cuáles son tus problemas o vicios más graves y qué trabajos debes realizar para corregirlos. Tienes toda la info aquí.
-> ¿El abuso del pullbuoy puede ser útil? La perspectiva psicológica.
¿El abuso del pullbuoy puede ser útil? La perspectiva psicológica en el uso de pullbuoy ha sido introducida por el conocido (y a veces controvertido) coach australiano Brett Sutton y, dirigida especialmente a triatletas, viene a resumirse en lo siguiente: “si no tienes un pasado de nadador y/o la natación se ha convertido en un suplicio, la primera corrección que debes introducir en tu entrenamiento no está en la piscina sino en tu cabeza. El obstáculo principal que un no nadador debe enfrentarse es cómo aprender a disfrutar de sus sesiones de piscina. Así, si el uso del pullbuoy hace la natación algo más accesible y sencilla y permite que el deportista disfute de sus sesiones en el agua, y, lo que es más importante, que las haga, entonces, ¡que lo use!”.
¿Te parece familiar la situación que describe Brett? Es muy probable que sí. El razonamiento es simple pero no por ello menos lógico: para progresar en un deporte, la constancia es imprescindible y esta constancia necesita de una motivación también constante. Si no nadamos o nadamos muy poco porque no nos gusta nadar o las sesiones que hacemos son un suplicio no vamos a mejorar en nada. En este caso, si abusando del pullbuoy logramos nadar con mayor asiduidad y logramos disfrutar de nuestras sesiones en el agua, el abuso del pullbuoy puede estar justificado.
«Si no logramos nadar porque sencillamente no nos gusta o las sesiones que hacemos son un suplicio, no vamos a mejorar en nada. En este caso, si abusando del pullbuoy logramos nadar con mayor asiduidad y logramos disfrutar de nuestras sesiones en el agua, el abuso del pullbuoy puede estar justificado»
Sin embargo, mi opinión es que ello no debería convertirse en algo permanente ni definitivo ya que, si bien por el simple mero hecho de nadar (frente a no hacerlo) obtendremos una mejora, si no corregimos los errores técnicos más graves nuestro progreso no solo será mucho más lento sino que nos encontraremos con una barrera infranqueable en la mejora de la velocidad de nado: por muchos metros que nademos, no seremos más rápidos. Y aquí, de nuevo, debemos referirnos a la importante figura del entrenador: un profesional que haga tus sesiones de natación no solo adecuadas sino también a divertidas, variadas y motivadoras.
Conclusión
Creo que con todo lo aquí expuesto puedes sacar tus propias conclusiones.
Como hemos visto, el uso (e incluso el abuso) del pullbuoy puede resultar tanto positivo como negativo. Así, la habitual y socorrida respuesta del “depende” que sirve para resolver casi cualquier foco de discusión en el ámbito deportivo, parece ser una vez más la posición más equilibrada. Por tanto, ¿el uso del pullbuoy es globalmente beneficioso o perjudicial? Depende de cómo se use, depende de con qué fin se use y depende de quién lo use.
Lo que es claro, es que no debemos considerar su empleo como un mero hecho aislado, sino como una variable más en el conjunto del sistema del rendimiento deportivo que relaciona el propio deportista con su técnica, la disciplina que practica (triatlón, natación de aguas abiertas), el contexto deportivo (entrenamiento y competición) e incluso el factor psicológico.
Anexo: usos del pullbuoy y objetivos perseguidos
Pull en entrepierna. La posición más clásica de utilización del pull. Aumenta la flotación en la zona de la pantorrilla (muslo) y nos permite mejorar la posición sin renunciar a una leve patada, anulándose la acción de la cadera y trabajando más la rodilla. Suele utilizarse en el nado continuo y en los ejercicios técnicos como remadas.
Pull en las rodillas. Posición para un nadador de cierto nivel. Aumenta las implicaciones del core al deslizar la base de sustentación ligeramente hacia atrás desde el ombligo, haciendo que el core tenga que contraerse y generar tensión para mantener la posición paralela a la superficie. Puede llegar a usarse en ciertos tipos de remada para sentir los apoyos del agua (sculling, catch ups) o incluso para corregir los agresivos movimientos de tijera en la patada (scissors kick).
Pull en los pies: Únicamente para nadadores con experiencia y un nivel alto. No indicado para nadadores con hiperlordosis, ya que si el core no se activa correctamente la tendencia será a arquear demasiado la zona lumbar. En esta posición aumentará el trabajo de aductores (músculos necesarios como sinergistas en la pedalada en ciclismo). Puede utilizarse para ejercicios de técnica concretos pero no tanto para el nado continuo si el nadador no está acostumbrado.
Tabla-Pull: Como variante de pullbuoy, la tabla nos sirve para hacer patada por su forma pero añadiendo mayor flotabilidad, por lo que nuestra posición será más paralela a la superficie. Al principio puede llegar a resultar algo incómodo.
Pull + palas: Trabajo focalizado en la brazada con el objetivo de trabajar la fuerza específica. Para este fin, no obstante, es imprescindible eliminar de lleno la patada: el problema es que la mayoría de nadadores no elimina la elimina y se se desvirtúa el sentido del ejercicio.
Pull + goma: Trabajo de core total. Como sabemos, una mala posición del nadador hará que pierda la alineación en el agua y los pies se hundan muy por debajo de la cadera, aumentando la resistencia al avance. Para corregirlo, debemos trabajar bien el core. Si la posición es buena, esta combinación será también óptima para trabajar la frecuencia de brazada, si es necesario aumentarla.
Palas + pull + goma: La goma nos hará que no se pueda dar patada y con estos materiales sí que trabajaremos exclusivamente la brazada (fuerza específica, aunque dependerá del tipo de pala) y la activación del core. No obstante, si la técnica del nadador no es correcta, puede llevarnos a sufrir dolor de hombro (falta de rolido), lumbar (falta de activación del core) y fatiga general e imposibilidad de nado (posición muy deficiente).
Pull + TB: Especialmente usado para el trabajo de remadas, corregirá la posición del cuerpo y, además de eliminar la desestabilización producida al respirar, nos servirá para trabajar los músculos respiratorios y aquellos aspectos técnicos que el entrenador considere necesario.
Buoyancy Shorts (cortos o largos) de Orca o sistema Ki-Flot (AX3): Variante del pull, consiste en unos pantalones de neopreno con paneles de flotabilidad. La principal ventaja de este sistema es la “liberación” de las piernas y la posibilidad de llevar una patada natural. También se intenta simular el nado con neopreno.
Doble pull: consiste en unir con cinta aislante dos pullbuoys normales para aumentar la flotabilidad de ambos y corregir más aún la posición. El problema de este enfoque radica en que la anchura será mayor y si la patada del nadador no es la correcta puede llegar a generar importantes vicios. También se pretende simular el nado con neopreno.
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