Estamos en Diciembre. Un año largo termina lleno de acontecimientos y citas deportivas que han llenado todos estos meses. La mayoría de nosotros aprovecha para hacer un fin de temporada, un descanso mental y físico con el que desconectar de tantas exigencias elegidas y motivantes que vacían las energías de cualquiera.
Esto no es nuevo. Cualquiera que lleve más o menos tiempo siguiendo una estructura de preparación y un ritmo de competiciones estará harto de incluir periodos de descanso para compensar todo el desgaste acumulado, asimilando y evolucionando físicamente, sea en periodos cortos o después de competiciones importantes, porque así lo indiquen unos análisis de sangre, por vacaciones laborales, bloques de mitad de temporada etc. Y si no es así, debería serlo.
Muchas veces olvidamos que además de ser deportistas somos personas con mil y unas ocupaciones que no siempre desarrollamos al nivel que nos gustaría y ello supone acabar disfrutando de menos tiempo con las personas que nos rodean.
Incluso este “fin de temporada” está premeditado y ordenado, encasillado en una rutina, limitado a un tiempo y un espacio. Pero, ¿realmente sirve para lo que es?, es decir, ¿es una especie de fase más, o realmente sentimos y disfrutamos de ese periodo?, ¿nos dejamos llevar, desconectamos, dirigimos y elegimos nuestras conductas o nos condiciona?
Es decir: ¿me voy a caminar al monte porque disfruto del entorno y la naturaleza, o, voy porque es buena una caminata activa de 3-4 horas en pretemporada para regenerar y mantener el tono muscular?
Me encanta viajar. Durante el año voy a diferentes pruebas repartidas por toda la geografía nacional y parte del extranjero. Ya me supone un gasto económico y un tiempo que es más que suficiente y ahora pienso en los que programaré para la siguiente temporada, pero, ¿ y si fuera a una ciudad que sólo conozco en fotografías, con unos vaqueros y zapatos, sin nada que se parezca a un integral o un casco, por el mero gusto de conocer otras costumbres, otras culturas, otras formas de ver la vida?
Está genial hacer aquello que nos gusta, disfrutar del deporte y de exigir lo mejor que llevamos dentro. Es muy lícito llevar un estilo de vida centrado en un bienestar físico que aporta mucha satisfacción y es una suerte poder tener la capacidad de elegir vivir así.
Pero os recomiendo aprovechar las ocasiones que se presentan para hacer todo aquello que no puedes en esos periodos. Olvida quién eres y descubre quién podrías ser. Dedica ese tiempo arduo que necesitas para sacar trabajo acumulado, para desarrollar nuevos proyectos, para hacer las reformas que llevan meses esperando, para pintar el piso que ya toca, para visitar a esas personas lejanas pero no olvidadas que esperan esos momentos. Conoce aquel lugar que siempre quisiste, come «eso tan malo que engorda pero, ¿qué coño? ¡Qué rico está! ¡Practica otras actividades que nunca hiciste!
Siente que se abre una vida paralela que te pertenece y te reconforta, que da valor a cada momento que pasamos en este no fácil mundo y cuando abras la caja de las zapatillas de correr, o cojas a tu bici del trastero digas, “eh vieja amiga, estabas ahí, cuanto tiempo, ¿qué tal te ha ido? Ven, demos un paseo que tengo mucho que contarte hoy y en los próximos meses.
D-Psychology® es el servicio de Piscología Deportiva de Dephion Performance. Ponte en contacto con nosotros para más información.