Desde hace unas décadas cualquier entrenador o deportista de resistencia se empeña en mejorar su consumo máximo de oxígeno (VO2max) para mejorar su rendimiento. El VO2max es la capacidad máxima nuestros músculos de “quemar” oxígeno. Sería algo comparable a la cilindrada de un coche. De igual manera que un Fórmula 1 puede tener un máximo consumo aproximado de 75l/h (litros por hora) de gasolina y nuestro coche quizá no pase de 30l/h, un deportista de élite puede tener unos 80mlO2/min/kg y nosotros estaremos probablemente por debajo de 60mlO2/min/kg (para comparar corredores se utiliza el consumo de oxígeno máximo relativo al peso)
Hasta no hace mucho, este parámetro fisiológico se tenía como el más importante para valorar la capacidad, el talento o potencial de un deportista. Pero, de repente, ¡zas! nos dimos cuenta de que había corredores que con un VO2máx menor podían ganar a otros con mejores valores. ¿Pero cómo?
La respuesta está en la economía de carrera (EC). Imagínate esos dos Formula 1, uno de los cuales tiene un máximo consumo de 75l/h (coche 1) y otro 72l/h (coche 2). A priori, el coche 1 será más rápido. Sin embargo, los ingenieros del coche 2, con menor potencia, se ponen a trabajar en su aerodinámica, en minimizar el rozamiento de la transmisión, en mejorar la tracción, y resulta que en los entrenamientos libres del viernes consiguen que con sólo 72l/h de gasolina su coche alcance los 360km/h, mientras el coche 1 con 75l/h sólo alcance los 345km/h. Grosso modo, eso definiría una mejor “economía” para el coche 2.
¿Qué pasa con los corredores? Imaginemos ahora que tu compañero de club ha alcanzado su VO2max de 60mlO2/min/kg a 3:15 min/km. Tú has alcanzado tu VO2max de 55mlO2/min/kg a 3:20min/km. Él tiene todas las de ganar en una carrera, sin embargo, tú empiezas a introducir entrenamientos de fuerza en tu plan de entrenamiento, trabajo de técnica de carrera, pliometría, cuestas e intervalos a ritmo de competición. Llegáis a una carrera, tu compañero hace marca personal pero tú le has ganado…¿cómo? Pues porque en tu caso, a pesar de tener un menor VO2max, has conseguido a través de tu entrenamiento mejorar tu economía de carrera, es decir, necesitas menos “gasolina” para correr a su misma velocidad o incluso un poco más rápido.
De esta manera, la Economía de Carrera es el consumo de oxígeno que necesitamos para mantener una determinada velocidad. A menor consumo, mayor economía.
¿Y de qué depende la Economía de Carrera? Depende muchos y muy variados factores, algunos de ellos que no podemos cambiar, pero otros sí que podremos “trabajarlos”. Por ejemplo:
- Factores Antropométricos: Nuestro peso influye en la EC, de manera que manteniendo nuestra masa muscular, cuanto más delgados estemos mejor será nuestra economía de carrera.
- Metabólicos y neuromusculares: El tipo de fibras musculares, nuestros niveles de fuerza, de resistencia, etc, también influyen, de manera que un correcto entrenamiento puede tener mejoras positivas.
- Técnicos y Biomecánicos: Cuanto más eficiente sea nuestro gesto de carrera, mayor economía, de manera que la técnica de carrera nos ayudará a tener un patrón de movimiento óptimo y también a mejorar el “stiffness” muscular y la capacidad elástica de nuestros tendones.
- Factores ambientales: La temperatura, humedad, altitud y viento también afectan negativamente a nuestra EC cuanto más adversos son.
- Superficie del terreno: Cuanto más rígido y regular es el terreno, mejor EC y viceversa.
- Calzado: Cuanto más peso tenga el calzado más empeora nuestra EC, además que su estructura también puede afectar biomecánicamente al movimiento.